Metamorfosis (II)
El momento temido y deseado a la vez llegó. El coche reposaba en la plaza de garaje y la ropa y demás cosas en los armarios. Estaba sentado en el suelo de la que iba a ser mi habitación. Irene me observaba apoyada en el umbral.
-¿Te molesta que esté aquí?-
-Al contrario. Como te dije, necesito que acostumbres al proceso. Que no te asuste. -
Suspiré. Comencé a quitarme lentamente la ropa, dejándola impecablemente doblada sobre la que iba a ser mi cama. Una cama muy grande, a decir verdad, porque un crío de siete años no abulta tanto como un joven de 24, espigado además.....
En silencio. Los latidos de mi corazón se me antojaban increíblemente sonoros. Trataba de olvidarme de todo...Debía relajarme, tenía que estar relajado, si no sería peor, todo se volvería más difícil...si cabe.
Ya estaba desnudo. Me volví un instante y miré a Irene, tratando de sonreír. Su rostro transmitía preocupación, a pesar de todo logró devolverme la sonrisa...
Me percaté de lo frió que estaba el suelo. Por suerte había una pequeña alfombra junto a la cama. Allí me tendí, echo un ovillo...
Respirar profundamente. Vaciar la mente de todo pensamiento. Salvo uno. Luz, luz blanca y pura bañándolo todo. Busca la luz, no está tan lejos. No es necesario viajar años luz a través de galaxias frías y oscuras. Esta dentro de ti....
Perdí el sentido un instante. El dolor me hizo volver a la consciencia y entonces supe que ya había cambiado. Temblaba, me sentía muy débil, el simple hecho de abrir los ojos se me antojaba un reto... Ni siquiera lo intenté, me quedé allí tendido hecho un ovillo. Creí escuchar unos leves pasos junto a mí. Una respiración agitada, antes de que unos calidos brazos me levantaran del suelo para después dejarme suavemente sobre la cama. La caricia de sábanas y mantas en su piel le hizo sentir un poco mejor...
-Aunque viviera diez vidas jamás podré olvidarlo. Una luz blanca que ha brotado de la nada me ha cegado y cuando ha desaparecido ya no eras tu, te habías convertido en un crío..-
Irene me arropaba dulcemente. Me besó en la mejilla y pude notar que estaba llorando, porque aquellas lágrimas tibias resbalaron hasta mi rostro.
-Duerme, mi niño. No tengas miedo. Nada malo puede pasarte...-
Lamento deciros que hay muy poco más escrito (solo fragmentos inconexos) Intentaré continuarlo, pero es que últimamente nada de lo que escribo me gusta, tampoco esto... Es una larga historia que algún día tendré que contaros...
-¿Te molesta que esté aquí?-
-Al contrario. Como te dije, necesito que acostumbres al proceso. Que no te asuste. -
Suspiré. Comencé a quitarme lentamente la ropa, dejándola impecablemente doblada sobre la que iba a ser mi cama. Una cama muy grande, a decir verdad, porque un crío de siete años no abulta tanto como un joven de 24, espigado además.....
En silencio. Los latidos de mi corazón se me antojaban increíblemente sonoros. Trataba de olvidarme de todo...Debía relajarme, tenía que estar relajado, si no sería peor, todo se volvería más difícil...si cabe.
Ya estaba desnudo. Me volví un instante y miré a Irene, tratando de sonreír. Su rostro transmitía preocupación, a pesar de todo logró devolverme la sonrisa...
Me percaté de lo frió que estaba el suelo. Por suerte había una pequeña alfombra junto a la cama. Allí me tendí, echo un ovillo...
Respirar profundamente. Vaciar la mente de todo pensamiento. Salvo uno. Luz, luz blanca y pura bañándolo todo. Busca la luz, no está tan lejos. No es necesario viajar años luz a través de galaxias frías y oscuras. Esta dentro de ti....
Perdí el sentido un instante. El dolor me hizo volver a la consciencia y entonces supe que ya había cambiado. Temblaba, me sentía muy débil, el simple hecho de abrir los ojos se me antojaba un reto... Ni siquiera lo intenté, me quedé allí tendido hecho un ovillo. Creí escuchar unos leves pasos junto a mí. Una respiración agitada, antes de que unos calidos brazos me levantaran del suelo para después dejarme suavemente sobre la cama. La caricia de sábanas y mantas en su piel le hizo sentir un poco mejor...
-Aunque viviera diez vidas jamás podré olvidarlo. Una luz blanca que ha brotado de la nada me ha cegado y cuando ha desaparecido ya no eras tu, te habías convertido en un crío..-
Irene me arropaba dulcemente. Me besó en la mejilla y pude notar que estaba llorando, porque aquellas lágrimas tibias resbalaron hasta mi rostro.
-Duerme, mi niño. No tengas miedo. Nada malo puede pasarte...-
Lamento deciros que hay muy poco más escrito (solo fragmentos inconexos) Intentaré continuarlo, pero es que últimamente nada de lo que escribo me gusta, tampoco esto... Es una larga historia que algún día tendré que contaros...
5 comentarios
Dragonfly -
* SaRa * -
un beso!
covi -
BESUKOS!!
Dragonfly -
La idea en si viene de como 4 o 5 años atrás. Pensaba como sería vivir en otro cuerpo, pero recordando lo que has aprendido, quién eres... Imagina cómo sería ver la con los ojos de un niño pero la mente de un adulto...
Si alguna musa viene a visitarme estos días me pondré con ello ;)
Besitos!
Marta -
Metamorfosis de hombre a niño? Me ha parecido muy tierno el gesto de Irene, arropándolo.
No tienes mucho más escrito? Snif, snif... Escribe como puedas sentir en el momento, es lo mejor. Así estarás orgulloso de lo que escribas, y nada mejor que escribir desde adentro, para transmitir a los lectores.
Besos