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Dragonfly

Nada de lo que hagas puede devolverme la vida... (II)

La luna brillaba en le cielo, bañando con su luz fría y mágica la bóveda celeste de un intenso azul. Una noche clara, transparente, a comienzos del verano.
El vehículo se deslizaba suave y veloz por la desierta autopista, devorando rectas sin fin, rectas que se perdían más allá del haz de luz de los faros.
Yo ocupaba el asiento del copiloto. Dormitaba. Había conducido durante todo el día. Estaba cansado. Además no me gusta conducir de noche.
Sentí unos dedos que tomaban delicadamente mi mano izquierda. Después, una sensación cálida y húmeda. Ella me besaba en el dorso de la mano, con suavidad infinita, sin apenas apartar la vista de la carretera.
Mi sueño era ligero, como el de un perro guardián, y esa leve maniobra me despertó. No abrí los ojos, no quería romper aquel instante mágico. Además, no me hacía falta abrir los ojos, podía imaginarla inclinada sobre mi, con su pelo rubio recogido en una cola de caballo, sus ojos vivaces, labios finos, sus suaves manos.
Viéndola nadie podía entrever la dureza que se ocultaba bajo aquel suave envoltorio. Yo la conocía de sobra. La primera vez que me tope con ella me partió el labio de un puñetazo. Es una larga historia, larga y complicada, paro basta decir que en aquel momento nos llevábamos bien. Yo la quería, desde el primer momento que la vi la quería.
Y creo que en aquel momento ella me quería también. O quizás, eso me hacía creer astutamente. Nunca logre intuir lo que pasaba por su mente.
Dejó mi mano sobré mi regazo y rió, suavemente, casi imperceptiblemente.

Mierda, mierda, mierda. El sueño había estado a punto de vencerme. No estaba tendido en un cálido lecho, ni en ningún otro lugar insospechado donde he dormido algunas horas, sino gas a fondo en quinta, aferrado al manillar de la RC 600 roja.
La maldita monotonía de la autopista y mi cansancio se habían aliado. Un poco mas y me la habría pegado.
La maldita monotonía de la autopista y mi cansancio. Y el recuerdo....
-¡Maldita sea! Está muerta, María está muerta y si te matas hoy no lograrás devolverla a la vida...-
Gritaba dentro del casco, luchando contra el sopor. Seguía rodando a tope en aquella noche clara, transparente. Tratando de devorar aquellas malditas rectas sin fin, agachado tras el pequeño carenado.
Lágrimas corrían por mis mejillas, mi voz enronquecía de tanto gritar, de tanto gritar su nombre, a mas de 150 por hora, tratando de encontrar un motivo para no estrellar mi montura contra la mediana de cemento.

(Madrid, diciembre de 2001)

3 comentarios

Dragonfly -

Para tantos días como tiene el verano apenas he escrito nada, NADA... siempre me pasa lo mismo, cuanto más tiempo tengo menos escribo...
Besitos...

yka -

vaya dia de escribir! q apañao el chico:P
me encanta, continuara??
mil besos
(a ver si me pongo yo tb a decir algo, aunq sea un achorrada, q ya vale..)

Nimue y su kaos -

veo que has estado muy prolífico! así me gusta, que agradable es volver a leerte