Historias de tormentas

Por eso hoy voy a contaros una historia de tormentas. Esas que ocurren en el cielo, si, pero también las que se desatan en nuestro interior, que pueden ser igualmente devastadoras...
De esto hace como tres años. A mi hermana, proyecto de fin de carrera (PFC) a parte, le quedaban solo un par de asignaturas para ser arquitecto (pero qué asignaturas, ¡la madre del cordero!). Una de ellas, proyectos III, consistía básicamente en que le daban un solar real (vamos, que podías ir a verlo y todo) y tenía que proyectar un determinado edificio (una junta municipal, un colegio, una residencia de ancianos). Con todo lujo de detalles: planos dibujados con auto-cad, maquetas de cartón o madera de balsa... de todo (las maquetas normalmente no se entregan, sino que se les hacen fotos... y ya os podeis imaginar quién era el encargado de hacerlas)
No se por qué, quizás porque ella estaba muy cansada esa mañana, me tocó llevarle la enorme carpeta tamaño DIN A-1, con el proyecto dentro, a la universidad...
Aquella noche también había llovido, de tormenta. Estaba nubladito. Aterrado ante la idea de que me pillara un chaparrón, envolví la carpeta en un pástico, sujeto con cinta americana (un tipo de cinta aislante especial, muy ancha y resistente).
Llegé a las puertas del aula donde debía entregar la carpeta... Estaba rodeado de estudiantes de arquitectura dispuestos a hacer lo mismo. Todos pesonas superinteligentes, pero que tenían algo más que eso en común: el cansancio en forma de ojeras, signo de muchas noches sin dormir, la resignación del que sabe que "la suerte está echada"...
Se escuchaban frases del estilo de:
-Meses sin llover y tiene que diluviar esta noche, precisamente esta noche....
-A ver con que pie se ha levantado el cadetrático....
Sé que no hay carrera fácil... aun así arquitectura me parece una de las más difíciles...
Hace como un año, mi hermana me llamó para decirme que había aprobado la última asignatura. No pudo acabar la frase porque rompió a llorar. Yo solo acerte a murmurar muy bien!! antes de ponerme a llorar también. Durante unos segundos solo escuchabamos llorar al otro, sin poder articular palabar alguna. Me alegré mucho, mucho, mucho, porque se el esfuerzo que le ha costado.
Ahora anda metida de lleno en su PFC (que no son pelos de gorrino, que se cogen a puñaos)... y parece que lo tiene bastante encarrilado.. Ánimo, hermanita, ya queda menos...
2 comentarios
Dragonfly -
Pues por Madrid a eso de las 4 de la tarde ha caido una pedazo de tormenta como no la recordaba en mucho tiempo, por lo visto en algunas urbanizaciones del extrarradio el viento y el granizo han hecho mucho daño :(
Nimue y su kaos -
tiene que ser muy emotivo ver como tu hermana ha cumplido su sueño, a mi todavía me falta mucho para alcanzar los míos...me encanta ser la primera en comentarte;)