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Dragonfly

Postales del final del verano

La risa

Iba en el bus, ya de vuelta a casa, con los ojitos cerrados de puro cansancio. Unos asientos más atrás de donde estaba sentado yo, una chica hablaba por el móvil y se reía. Tenía una risa preciosa, como un cascabel, como un rayo de sol que se cuela entre las cortinas y juega con el polvo.
No me gusta mi risa. Me parece un poco ridícula. Además soy una persona más de sonrisas, que de carcajadas. Pero me encantó escuchar reirse a esa chica.

Chales y ponchos

Se acaba el verano (el otoño empieza la semana que viene) y la luz del sol ya no es cegadora, pero aun calienta. Más de 30 grados por la tarde, volviendo a casa después del trabajo.... Pero por la mañana hace fresco y te pones la chaqueta del traje -tengo que subir una foto mia al fotoblog vestido de traje, que estoy hasta guapo :P – Y por la tarde hace calor y cargas con la chaqueta.
Esta mañana, en el bus, iba escuchando a Manolo García, como muchas mañanas. Iba sentado en uno de esos asientos que van en contra del sentido de la marcha, que a mucha gente no le gustan porque dicen que se marean, pero que a mi me encantan, porque me permiten ver la ciudad desde otro punto de vista.
Enfrente de mi, una chica envuelta en un chal rosa. Mmmm, pero no era un chal, porque tenía agujero para meter la cabeza. Le he preguntado a mi hermana como se llama esa prenda: es un poncho.
Chales o ponchos, es una prenda que me encanta, me parece super últil y a la vez muy sensual.
En su día me quejaba de que los tios no pudieramos llevar bolso . Ahora ya tengo el mío (leido así de sopetón esto queda fatal). Pues lo mismo digo de los chales. A ver si este otoño la nueva tendencia “metrosexual” es que los tios lleven chal....

2 comentarios

dragonfly -

Hoy hace mucho calor y entre eso y los cortes de tráfico de la vuelta, un atascazo de la leche... Pero bueno ya estoy en casa...
Espero ese mail.... Y de nada...
Que descanses...

Marta -

Hay risas que al escucharlas, te hacen sonreír de lo divertidas y graciosas que son.
Cuando uno se ríe a gusto, da igual como sea, lo importante es que es una explosión de buen humor.

A mí también me encantan los ponchos, tenía uno, que "heredé" de mi madre, cuando iba al colegio, e iba orgullosísima con él. Aquí sigue haciendo un calor infernal.

Luego te mando un e-mail, pero estoy bien, gracias ;)