"Entre el hambre y el sueño cada uno se va haciendo su burbuja y va a su bola". Esto me lo decía un compañero del instituto allá por el otoño de 1998 -otro de esos detalles que mi memoria precisa, aunque caprichosa, es incapaz de olvidar- volviendo a casa en el metro bastante tarde. Por aquel entonces, entre las clases de la uni con un horario bastante raro y la autoescuela a final de tarde llegaba a casa bastante justito de fuerzas. Es en esos momentos, agotado física y/o mentalmente, cuando te mueves por pura inercia, procurando hacer los menores esfuerzos. Te soprenden los pensamientos "subterraneos" que corren un paso por debajo de la realidad: pueden meditar lo largo que se está haciendo el camino de regreso a casa, el frío que hace, el hambre que tienes, lo incómodo de los asientos o lo molesta que te resulta la conversación en tono algo alto de esos viajeros que están a tu lado. Porque te vuelves muy susceptible y al final te guias por prensamientos primarios: un asiento o un rinconcito en el que apoyarse, llegar a casa, cenar.... dormir...
Esta tarde me pasaba algo parecido, menos mal que los viernes tenemos jornada intensiva y a eso de las 3 te puedes pirar para casa...
Que descanseis......
2 comentarios
Dragonfly -
Un besito
P.D. ¿qué te parece la foto?
Marta -