Historias sin importancia
Maldita lluvia, maldito atasco.
Otra vez el autobús se quedó empanzado en un atasco, en la calle de Alcalá. Así que me tocó bajarme y caminar bajo la lluvia a toda prisa hasta pasar el Puente de Ventas, donde cogí otro autobús.
Pese a que eran casi las 8:30 el cielo estaba cubierto por un manto gris plomizo. Las farolas apenas lograban arrancar un poco de luz.
Caminaba lo más deprisa que podía sobre la acera, una de esas de baldosas blancas que resbalan un montón.
Entonces llegé a su altura. Estaban manipulando algo sobre unas mesas, bajo una sombrilla de esas que se ponen en verano en las terracitas, protegidos así de la lluvia. Cuando pasé a su lado me di cuenta que trabajaban en una especie de transformador, un trasto del tamaño de un monitor pequeño del que brotaban infinidad de cables.
Sentí un escalofrío. Me da pánico la electricidad y de todos es sabido que no se lleva demasiado bien con el agua....
Horas después, llegando a casa, me di cuenta que había perdido el paraguas. No me gustan nada, de pequeño me pillé el pulgar cerrando alguno y desde ese momento los odio, pero en estos días de tanta lluvia no viene mal, si no se acaba empapando todo.
Pues eso, que debí dejarmelo en el autobús, no se, es una tontería, pero me siento tan estúpido....
Otra vez el autobús se quedó empanzado en un atasco, en la calle de Alcalá. Así que me tocó bajarme y caminar bajo la lluvia a toda prisa hasta pasar el Puente de Ventas, donde cogí otro autobús.
Pese a que eran casi las 8:30 el cielo estaba cubierto por un manto gris plomizo. Las farolas apenas lograban arrancar un poco de luz.
Caminaba lo más deprisa que podía sobre la acera, una de esas de baldosas blancas que resbalan un montón.
Entonces llegé a su altura. Estaban manipulando algo sobre unas mesas, bajo una sombrilla de esas que se ponen en verano en las terracitas, protegidos así de la lluvia. Cuando pasé a su lado me di cuenta que trabajaban en una especie de transformador, un trasto del tamaño de un monitor pequeño del que brotaban infinidad de cables.
Sentí un escalofrío. Me da pánico la electricidad y de todos es sabido que no se lleva demasiado bien con el agua....
Horas después, llegando a casa, me di cuenta que había perdido el paraguas. No me gustan nada, de pequeño me pillé el pulgar cerrando alguno y desde ese momento los odio, pero en estos días de tanta lluvia no viene mal, si no se acaba empapando todo.
Pues eso, que debí dejarmelo en el autobús, no se, es una tontería, pero me siento tan estúpido....
8 comentarios
Dragonfly -
menuda experiencia
a mi los tumultos me agobian mucho...
Paris, que mágico
Y el frances es un idioma muy sugerente (a mi se me ha olvidado todo lo q aprendi en su dia, que fue mas bien poco)
un beso
Marta -
He tratado de recordar si alguna vez me había dejado olvidado algo en una guagua. Y lo único que se me ha ocurrido, ha sido una historia en el metro de Paris, cuando ibamos toda la clase de camino a las clases de tecnología, el metro estaba a tope de gente, y no sé como, la mochila que llevaba en la espalda, terminó en la otra punta del vagon... Eso, y que a uno de mis compañeros, le dio una ataque de ansiedad, que vamos, teníamos a la gente asustados.
besos
Dragonfly -
Pero la zona de quintana-el carmen- puente de ventas me la conozco muy bien, entre otras cosas porque por ahi estaba mi autoescuela...
En cuanto al paraguas que perdí era uno de esos pequeñitos y ya estaba un poco tocado, con alguna varilla doblada
Un beso para tod@s
Ana 2.1 -
Por cierto, sí que pasas cerca de mi casa para ir al curro :P
Nimue y su kaos -
Maribel -
De cualquier modo, no me gustan. Si llueve poco, prefiero mojarme, si llueve fuerte no los abro porque como dice Sara, es una odisea...Un beso!
Sory -
En fins... besito ! :*
* SaRa * -